Caminar por México / Quintana Roo. destino final.
Considero la entrada al Estado de Quintana Roo desde el momento en que partí de la ciudad de Valladolid, a pesar de estar todavía dentro del Estado de Yucatán, porque fueron los últimos 100 kilómetros para mi meta final, después de conseguir la bicicleta atraves del departamento de turismo de Valladolid, analizando el mapa vi que estos últimos 100 kms estaban divididos en tres puntos- poblados con civilización, mi capacidad para caminar entre pueblo y pueblo es de 25 a 30 kms por día, sabiendo que podría encontrar techo y fondas-restaurantes donde podría comer algo para sobrevivir. Salí con el sol desde Valladolid en bici, solo serían 30 Kms pero los primeros en hacerlos en bicicleta(ruedas) en este viaje, mis piernas hasta ahora se sentían con fuerza por todo el empuje que había hecho en todo el camino, básicamente sentía que iba al gimnasio todos los días, pero solo que al final de la trotadora encontraba otro lugar mágico de México. Mis piernas respondieron bien hasta que llegué al pueblito de Chemax donde la presidencia estaba cerrada, amarré la bici a un bici parking y me fui a acostar a una banca, me quedé dormido del cansancio, pero los mosquitos me despertaron y tenía como 20 chamacos de la secundaria viéndome como el vagabundo nuevo del pueblo, en la presidencia tuve que hacer fila con señoras y ancianos que pedían ayuda o cinco minutos con el presidente para exponerle su caso. Cuando menos me di cuenta el presidente Municipal se iba y corrí a alcanzarlo al estacionamiento, le conté mi proyecto en 3 minutos y de inmediato hizo que los policías me llevaran a unos departamentos que usaban como Hotel del pueblo, eran muy lindos y nuevos, casi por terminar para convertirlo en un hotel de paso muy agradable. Comí tortas frente a la iglesia y descansé para el siguiente día salir a Coba. Desde Valladolid °coqui coqui boutique° ya había hecho mi reservación en uno de los lugares mas paradisiacos de este viaje, justo frente a la laguna de Coba, a solo unos cuantos metros de la zona arqueológica, nunca imaginé que este lugar fuera a ser tan lleno de paz y belleza natural, lo que mejor recuerdo de este lugar es hacer una sesión de yoga con la gerente con un atardecer de colores, yo antes conocía Coba y había subido la pirámide pero esta vez podía ver como los turistas gringos subían sentados de reversa o con miedo, creo que cargaba mucha energía maya de tantos lugares visitados en la región porque yo la subí y la baje sin sostenerme de la soga: en zigzag, tomando fotos desde arriba a la jungla donde nuestros ancestros veían los mismos horizontes que yo podía ver cientos de años después. Tengo que agradecer a los encargados de la INAH por darme acceso a la zona arqueológica de Coba. Los últimos 40 Kms eran desde Coba a Tulúm Quintana Roo, en el mapa se veía un lugar en el centro a los 21 kms mas o menos, pero en realidad era solo restaurantes de paso y un hotel donde el encargado no tenía autoridad para hospedarme como cortesía, yo pensé que me quedaría ahí pero tuve que seguirle, la verdad es que después de dos días de haberle dado 60 kms mis piernas estaban resintiendo porque solo tenía el chamorro bien fuerte por caminar, pero no la parte arriba de las piernas que es la que más se trabaja al pedalear, entonces ya sentía dolor de atletismo extremo pero no podía darme por vencido porque ya estaba a solo poco de terminar, justo cuando leí el letrero de que faltaban 15 kms a Tulúm, la llanta se ponchó y tuve que seguir caminando para poder llegar. Asi que a final de cuentas, si llegué caminando, era mi destino, ya estaba escrito o marcado en los astros … Llegué el domingo 14 de Julio del 2013 casi los siete meses después de haber partido desde Tijuana Baja California (la otra punta del país), estaba tan cansado y tan contento al mismo tiempo que no sabia si sonreir o llorar. No hubo medallas olímpicas al final, ni gente con serpentinas para recibirme, creo que nunca fue la intención inicial de ser galardonado con un premio, el logro fue personal y compartido con todas las personas que me siguieron desde el principio y que se fueron incorporando en el camino hasta el final. Muy agradecido con la vida por permitirme pisar tierras que nunca pude haberme imaginado, innumerables experiencias de vida que me llevo conmigo hasta el último momento que tenga que despedirme de este plano terrenal. El viaje de la vida continua… Facebook: Caminar por México