Wednesday, March 31, 2010

Paulo Bravo

En 1924 cuando el tenía 21 años y ella apenas 14, sus padres la enviaron de un rancho a otro en canoa para evitar que ese amor prohibido continuara, Marcelina mientras flotaba por el rio que partia su alma al igual que el pueblo de Ocotlan Jalisco, lloraba sin cesar sabiendo que nunca mas volveria a verlo, envuelta en su zarape y su pena se rendia a la idea de que por mas fuerte que dos almas se quieran siempre habra terceros que se empeñen en dividirlas.

La pasion descarrilada de un hombre campesino no tiene fuerza cuando le arrebatan la mujer que ama, al enterarse de la noticia se dirigió a los establos para tomar el caballo de su padre partiendo relinchante por el otro lado del rio, galopando con tenacidad y fuerza.

75 años despues lo encontré en su cama rodeado de todos sus nietos y bisnietos llorandole por las ultimas bocanadas de aire que entrarían en sus pulmones. Marcelina no consciente de lo que pasaba en la habitación por su Alzheimer; pero su pecho le dice que se encuentra otravez flotando en ese rio con el alma partida de nuevo sabiendo que pronto se encontrarán cuando el la espere en el otro lado del rio montado a caballo para juntos cabalgar por el atardecer entre los pastizales y el arado del mezcal de Jalisco.


A mis bisabuelos y a mi santa madre en su cumpleaños 60.
Para nunca olvidarnos de donde venimos y hacia donde vamos.