Monday, November 15, 2004

El amigo mexicano

Me han dicho alguna vez o leí en alguna parte -lo recuerdo ahora- que durante la infancia nos hacemos treinta y tres preguntas por hora y que, con el paso del tiempo, cada vez, nos preguntamos menos cosas, porque las respuestas están ahí, pensadas en otros y dispuestas a ser adoptadas por nosotros antes de que ni siquiera se nos ocurra cuestionar el cómo y el porqué de lo que nos rodea y nos tiene acorralados. De este modo acabamos conformándonos con la seguridad de las respuestas ajenas sintiéndonos vencedores cuando en realidad deberíamos luchar por mantener el riesgo constante de las preguntas privadas.

AÑO 0. Rodrigo Fresán Mantra. Mondadori.

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home