Tuesday, March 27, 2012

un grano de arena blanco en mi bolsillo

Me acerqué a su retina izquierda, a pesar de su obvia vista cansada me atreví a ser irrespetuoso por un momento, cuando estuve tan cerca, me dí cuenta de mi reflejo, vi mis propios ojos grandes en el suyo, sentí miedo pero también una energía maravillosa – a un lado estaba un televisor donde corrían la escena de la película de “Alicia en el país de las maravillas” cuando estaba la frente al espejo, mi atención pronto se volteo hacia el ojo de nuevo haciéndome pensar ¿ que pasaría si yo… ? –no, mejor no… retrocedí medio paso y por impulso me regresé y me animé, decidí tocarlo, tocar ese espejo que me gritaba ser tocado, en ese mismo instante sintió mi respiración y se dio cuenta de mis intenciones y cuando tomó su bastón para golpearme con él, solo, logró golpear el aire porque el ojo ya me había llevado lejos, muy lejos … a un lugar desértico donde la sed y el sudor pronto me abrumaron; comencé con lo que pronto se convertiría en un largo camino, mis libros se quedaron afuera, pensé en las tarifas exageradas que me cobrarían en la biblioteca por retardo, quizá me los cobren en letras, no sé, seguí caminando, la arena era blanca, nunca había visto arena tan blanca, tomé un grano y lo puse dentro de mi bolsillo derecho, probablemente me traería suerte en el camino, pisé algo al principio creí que era una piedra pero, no era una piedra, era una brújula: curiosamente esta no me indicaba hacia el norte(como en mi mundo) esta brújula decidía apuntar hacia el Sur, fue entonces cuando reconocí con visión paralela que el sur era mi norte mundano y que tenía que seguirlo con tenacidad y fé de que pronto encontraría mi destino.

“Borges el Memorioso”. Conversaciones de Jorge Luis Borges con Antonio Carrizo. Tierra Firma. CFE. 1986.

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